
En sus inicios, sentía pasión por la pintura, pero veía el uso del caballete como anticuado, mientras que la animación sobre acetato, pintando, le resultaba muy atractiva. A través de su obra, realiza una clara mención y ofrenda a su inspiración, el animador suizo, Georges Schwizgebel, que pinta con acrílico, gouache y otros pigmentos sobre millares de acetatos. La pintura acrílica sobre acetato es un proceso heredado de la animación clásica –hoy en día ya nadie los usa-, pero María ha encontrado el modo de innovar al respecto, dándole la vuelta al soporte y pintando por delante, como si estuviese sobre lienzo o papel, de manera que la forma pintada vibra de una imagen a otra.
Al final de este artículo, compartimos una imagen de una de sus últimas obras, La Flor Carnívora, un nuevo éxito de la animadora, presente en múltiples festivales.
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